A una semana de tu partida, no imaginas lo difícil que ha resultado recomponer nuestras vidas. Han surgido miles de recuerdos y anécdotas, que han mantenido viva tu presencia en mi corazón.
Muy lentamente he comenzado a aprender a convivir con el dolor de tu ausencia. Y es que todo me recuerda a ti. Mi Cachorra me ha estado acompañando constantemente como si supiera que la necesito mas que nunca. He logrado contenerme cuando estoy con ella, incluso cuando ya no soporto las lágrimas en mis ojos.
Te necesito a rabiar. Necesito saber que estás ahí, en algún lugar, cuidándonos, acompañándonos y guiándonos.
Te Amo.