Es con profundo pesar que reconozco que mi intento de retenerte, al tomar tu brazo y aplicar presión, fue un acto inapropiado por el que lamento sinceramente en lo más profundo de mi ser. No pretendo justificar mis acciones; desearía que entendieras que todo lo que buscaba era mantenernos juntos.
Habiendo expresado esto, he optado por mantener silencio. Silencio frente a la serie de mensajes en los que me has acusado de maltratador, celópata y victimario. Me duele que parezca que solo yo soy el responsable de esta relación complicada, cuando en realidad ambos hemos sido afectados. No pretendo minimizar tus sentimientos ni tus experiencias, pero siento que se ha pintado una imagen distorsionada de mí.
Recuerdo nuestra conversación reciente sobre dar un paso adelante, como si fuera una posibilidad real. Quiero ser honesto contigo: esa oportunidad nunca existió ni existirá. No está en tus planes dar esos pasos que mencionas ocasionalmente, y aunque mencionas no querer darlos, parece que no te das cuenta de que esa promesa ha sido vacía durante mucho tiempo. Quiero que sepas que nunca fue mi intención jugar con tus expectativas ni forzarte a un camino que no estás dispuesta a recorrer. Mi deseo siempre fue encontrar un terreno común en el que ambos pudiéramos avanzar, pero veo que nuestras perspectivas difieren en gran medida.
Mis acciones pasadas no fueron adecuadas y lamento sinceramente cualquier dolor que hayan causado. Quiero que sepas que he reflexionado profundamente sobre todo esto y espero que podamos encontrar una forma de seguir adelante, aunque nuestras visiones de la relación no coincidan plenamente.