Siempre tuvimos la esperanza de que en algún momento íbamos a poder estar todos juntos nuevamente.
Que este, como un mal sueño, quedaría en el recuerdo y que de el hablaríamos cuando nos acordaramos.
Hoy, ya con mi cable interior conectado a tierra, puedo darme cuenta de que el tiempo que te tomaste antes de irte a descansar, fue nada más que para estar cien por ciento convencida de que estaríamos preparados para el futuro, sin tu ayuda y dirección.
La búsqueda de explicaciones, de tratar de entender el por qué; durará mucho tiempo. Tiempo en el que estarás en mi mente y mi corazón, ayudándome, consolandome, guiándome por el mejor camino hacia la paz interior.
Debo ser fuerte, lo sé, pero el dolor es inmenso y desde ya te pido las disculpas si tengo que tomarme un poco más de tiempo en reponerme.
Necesitaré tu fortaleza, sin duda. Pero quiero que estés tranquila de que lo lograré. Conozco mi objetivo. Lo conozco hace diez años y estaré eternamente agradecido.
En estas situaciones las personas tratan de darle una interpretación mistica incluso al hecho más simple. Pero puede ser una coincidencia lo ocurrido esta mañana, cuando en diez años jamás lo habíamos visto? Acaso la sensación en el corazón, en la mente, en el alma, no sobrepasa a esa misma sensación convirtiéndose en una señal?
Puede ser posible una enorme bandada de palomas con sólo una blanca en el medio? Místico o no, la tranquilidad que me provocaste sé que me ayudará a convivir con esta pena. Sólo te pido que intercedas por mí y poder tener la sabiduría necesaria para afrontar el futuro.
Ese futuro que comenzó ayer, esa nueva historia que comenzamos a escribir en una hoja en blanco y que desde hoy, contará contigo como el más bello de los recuerdos vivos en mi corazón.
¿Debo agradecer? Sí claro. Primero que todo por habernos conocido, porque hayas tomado la decisión de acercarte, porque hayas confiado en que podré críar y malcriar a nuestra hija Valentina, así como guiarla y educarla para que sea mejor que nosotros, que sea autovalente, autónoma que sea ella misma como lo es hasta ahora.
Si alguna vez cuestioné como guiabas a Valentina, ahora entiendo que lo único que hacías era fortalecerla para este momento. Como si de siempre hubieras sabido que en un futuro cercano, nos tocaría enfrentar una de las pruebas más grandes y difíciles para cualquier persona. La Ausencia.
No puedo decir aún «me quedo con la tranquilidad», porque la verdad es que no estoy tranquilo ni lo volveré a estar. Mis lágrimas hoy, son porque siento que nos faltaron tantas cosas por hacer. Que los planes ya estaban, pero el rumbo también.
Ese rumbo desconocido que a veces nos lleva por caminos distintos. Y que también une, pero une a los que quedan, cuando alguno de nosotros toma uno diferente.
Estoy contento. Contento por la compañía, presente y distante. De todos tus amigos. De todos mis amigos. De todos nuestros amigos.
Podría estar miles de horas tratando de dar término a este sencillo mensaje, pero no quiero. Seguiré escribiendo esta historia contigo en mi corazón.
Te Ame, Te Amo y Te Amaré por siempre.